COMO FUÉ EL CAMINO DE SANTIAGO...

Más que una aventura casi ha sido una odisea....ji, ji.

Lo primero es que aunque tuviésemos muchas ganas de hacer el Camino, la verdad es que no nos habíamos preparado físicamente ni lo más mínimo y eso se notó y la que más yo.

A esto hay que añadir que las mochilas que llevabamos pesaban muchísimo, yo no podía con la mía, asi que casi todo el tiempo llevaba las dos Abel, una delante y la otra atrás, en total unos ventitantos kilos.

Empezamos el viernes la etapa de Portomarín a Palas de Rei (24 Km), nos saltamos una que hicimos en el coche, porque viendo el panorama...y es lo mejor que pudimos hacer.

Salimos desde Portomarín a las 12 y lo normal es salir sobre las 8 de la mañana, pero como tampoco teniamos prisa...

Los primeros 8 Km fueron lo peor, cuesta arriba, nada más empezar y sin calentar ni nada.

A las 3 de la tarde y llevando unos 10 Km recorridos paramos a comer en Ventas de Narón unos embutidos que llevabamos, ya el cansancio se notaba y el pensar que faltaban unos 14 Km más...yo nada más que resoplaba.

Cada vez las piernas pesaban más, los calcetines empezaban a arrugarse y me salieron unas ampollas que veia las estrellas cada vez que daba un paso, los gemelos los tenía super cargados, la espalda echa polvo de la mochila y cuando me la cogía Abel sufría por todo el peso que llevaba encima.

Cada vez teniamos que parar más a menudo y comer dulces que llevabamos pero luego volver a caminar costaba el doble...

Mi marido no hacía más que animarme porque veía que no podía más pero poco a poco nos hicimos toda la etapa, no me lo pude creer.

Teniamos pensado parar en el albergue del pueblo pero había uno nuevo que habían hecho hace unos años y que yo no conocía, fue un regalo del cielo tener el albregue más cerca de lo esperado por que si hubiésemos tenido que ir al del pueblo, yo lo hubiese echo a gatas seguro.

Subi como pude a la litera y me tumbé para descansar el cuerpo, no tenía ni aliento para hablar.

A unos 100 m había un restaurante para cenar, llegar a él se me hizo eterno, andaba como si fuese una mezcla entre Fraga y chiquito de la calzada, no puedo, no puedo...nunca he tenido tanto dolor de piernas!!!

Cenamos bien y el cuerpo lo agradeció.

Abel me dió unos buenos masajes en las piernas con calmatel que me dolían hasta cuando me estendía la crema!

Dormimos en el albergue entre un grupo de chicos de un colegio que también estaban algunos bastante tocados.

Bueno yo no dormí del cansancio y de no saber como poner las piernas.

Viendo como nos había ido la etapa, decidimos que al día siguiente ibamos a por el coche y nos iríamos a Santiago a pasar el fin de semana tranquilos en un hotelito.

Y así hicimos, fuimos a por el coche en taxi y pasamos el sábado en Santiago, encontramos un Hotel chiquitito pero con mucho encanto, descansamos, vimos la ciudad, abrazamos al Santo y le pedimos algunas cositas...

He tenido unos dias con dolores en las ingles, culete, gemelos, tobillos, pies...

Pero ahora me rio de lo mal que lo pasé, de verdad.

Si hubiésemos seguido andando seguro que alguno de los dos vendría lesionado, con algún desgarro muscular y creo que ya es lo que nos faltaba.

Como se suele decir una" retirada a tiempo es una victoria".

Bueno también disfrutamos de ver pequeños chanchangorris (el pajarito de Arguiñano), de oir a pájaros carpinteros, de ver lagartos, las vacas que viven tan tranquilas pastando...aunque no se me olvida el dolor de piernas, "nunca mais", ja, ja, ja.